martes, 28 de mayo de 2019

ANDANTINO SOBRE ESPALDA RECIEN FOLLADA

Sus manos lentas
sobre el teclado de mi espalda
comienzan con dulce andantino,
con sabor a nocturno
o a rumor de velas en alta mar.


Sus ojos cerrados
retienen para si misma
cada molécula del sonido
que sus dedos generan
sobre mi piel agradecida,
sobre mi.


A veces,
sus uñas
arañan.


Todo es silencio en mi oído.
Destreza en sus falanges.
Rumor de caricias.
Torrente de codos.
Fragor feroz
que en su cabeza
explota
en frenesí imparable
de notas
sin partituras.


¡Tan bella
y tan desnuda!

¡Tan atenta
y tan ausente!

¡Tan absurda
y tan radiante!

¡Tan viva
y tan delirante!


Y lenta la noche,
acunada a nuestro ritmo descendente,
despeja su luna
para que nos mire.





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