NIEVA... NEVAMOS... NIEVE

Sudar cuando el termómetro pesa menos de un grado puede ser complicado. Con el sexo ocurre lo mismo. Pero tu llegas y quieres follar fuera del coche.

Nieva...

Me obligas a sentarme en el capó, aun caliente. Remangas tu vestido. Arrancas tus medias que quedan colgantes en tus tobillos. Abrazas tu abrigo con capuchon de pelo de animal sintético.

Te levanto... te colocas... te clavo.

Un magnífico y largo gemido acompañado de una nube de vapor de saliva que sale de tu boca es el pistoletazo de salida. Empujas tus caderas hacia delante y hacia atras como si intentaras recolocarme la forma de la polla, como si hicieras el Cubo de Rubik con tu coño... Los colores van encajando y mis plieges en tus plieges... tambien.

Nevamos....

La nieve se acumula en tu caperuza, en mis espinillas, en tus rodillas, en mis zapatos, en tu espalda y en la mía. Se deshace rapidamente. La chapa del coche suena a tambor de hojalata. Tu boca se apodera de mi boca y nuestras nubes se mezclan. Sólo existen tu coño y mi polla calientes en un mundo gélido.

Nieva.. Nevamos.

Un vecino pasea a su perro. El perro caga. El vecino recoge la mierda. Se acerca a nosotros, saca el movil y nos fotografía. Nos corremos. El vecino se ha sacado la polla, se masturba, se corre sobre la nieve. Su perro gime de frío mientras lame la lefa de su dueño.

El resplandor de alguien que enciende un cigarrillo en un balcón cercano.

Me dices que me quieres.

Despues, vuelve el silencio...

Nieva... Nevamos... Nieve