TENGO UN HURACAN POR DENTRO

Tengo un huracán por dentro
rompiendo amarras de barcos,
que libres, cruzan los charcos
navegando hacia tu aliento.

El azote de sus vientos
adereza tu melena
que se ilumina, serena,
entre los dientes del tiempo.

Tengo un huracán por dentro
que me lleva, dando tumbos,
desde mi proa a tu popa
desde mi boca a tus muslos.

Y levanta de la mar
enormes olas de miedo
por las horas que se van
por los segundos sin freno.

Un huracán de pasiones
sin control y sin razones
que gira rompiendo todo,
ebrio de pieles y olores.

Sabemos que esto es mentira.
Un instante de una flor.
Un empujón de la luna.
Una bala para dos.

Sabemos que nada dura
y caminamos silbando
por el filo de la vida
huyendo de la locura.

Tengo un huracán por dentro
que no sabe de esperanzas,
ni de jazmines, ni danzas.
Solo se sabe sediento.
.
.
.
.

Solo sé que eso tengo
un gran huracán por dentro.
Si un día pierde sus mares
pondrá fin a mis momentos.