Lo bueno de tener una hermana son las llamadas a cualquier hora preguntándome que tal estoy.
Lo malo de tener una hermana es tener que golpear a su marido en demasiadas ocasiones hasta que deja de pegarla a ella y a su hija, largándose despues, el hijoputa, nadie sabe donde.
Y claro, la consecuencia es el agradecimiento continuo, la preocupación por mis continuas y dispares relaciones sexuales y que de vez en cuando tengo que ocupar la tarde en recoger a mi sobrina del colegio, hacer la merienda, intentar que haga los deberes y enseñarla a que no le diga nunca a su madre que gran parte del tiempo lo pasamos jugando con su NintendoDS. Pero sale a mi hermana y todas las tardes me cae bronca.
Ir a buscarla al cole es agradable.
Normalmente llego con tiempo.
Para los aturdidos por las noches, el sonido de niños y niñas jugando es como el agua que fluye por las habitaciones de la Alhambra para el sultan de turno. Yo me siento en un banco, cierro los ojos y escucho. Algún día tal vez yo tenga hijos o hijas, pero tendrán que ser de otro ya que la vasectomia me la hice con 23 años y los dos centimetros de conducto deferente que me quitaron garantizan la imposibilidad absoluta de que mis genes se queden en este planeta una vez haya desaparecido yo.
Pues eso... esperando a mi sobrina. Cientos de padres y madres esperan conmigo.
Como casi siempre sale de las últimas. Aparece por la puerta mirando al suelo y con una mochila que a mi me resulta tremendamente pesada y a ella, con 9 años, no. A mi lado un grupo de pequeños de la clase de mi sobri ha comenzado una pelea. Disputa de niños que imitan a los heroes de la tele metiendo hostias. Cosas de niños, aunque algun padre o madre debería evitar estas cosas. La violencia se aprende demasiado pronto y luego no hay quien la saque de la vida.
Nos alejamos hacia el coche. Ella de mi mano.
Nos cruzamos con un padre que, junto a su hijo, mira la pelea de niños. Ambos con cara de lerdos como si lo vieran por la tele. Sólo les falta las palomitas, la cocacola y la madre gorda chupándosela al vecino en el descansillo de la escalera.
- Oye Tio.. hoy no hace sol... ¿Por qué llevas gafas de sol?.- La pregunta de cada tarde.
- Cariño, cosas de vampiros.- mientras pongo dientes y rostro de copia de draculas.-... y venga entra en el coche y ponte el cinturón.
Rie.
Según sube aprovecha que estoy a su altura y me da un beso minúsculo en la barba.
Me da tamaño y me da vida. Una tarde perfecta.
Pero las cosas siempre pueden cambiar. Y normalmente, nunca a mejor.
Un individuo para su megamoto a nuestro lado. Se baja de ella con furia y dirige su cuerpo uniformado de traje de motero de pasta y su casco de 600 euros hacia al grupo de niños.
- ¡Hijos de puta!... ¡"Dejar" de pegar a mi hijo!.
Separa a uno de los niños, imagino que el suyo. Y se enfrenta a los demás. En especial a uno pequeño.
- ¡Moro de mierda!. Que no le peges más. Que te mato. ¿Dónde está tu padre?... ¿Dónde está el puto moro de mierda de tu padre que lo voy a matar?...
La cosa pinta fea... muy fea... ha comenzado a empujar-golpear al niño con su flamante casco de 600 euros. Le empuja y joder... el niño intenta alejarse se da la vuelta y le vuelve a empujar... y llora. Y cae al suelo. Nadie se mueve. Todos miran. El niño llora...
- Tío, es un mayor y está pegando a un niño....
Joder.. nadie hace nada... El imbecil que miraba la pelea de niños, ahora está alucinando viendo esto... pero no se mueve... Ufffffff... mierdaaaa.. mierdaaa... mierdaaaa....
- Quedate en el coche cariño....- le enciendo la Nintendo Ds con el juego de turno .- Vuelvo en un instante.
El niño está de rodillas llorando y el energúmeno le empuja la cabeza con el casco... y NADIE se mueve...
- ¡¡Eh..campeón!!!.- le grito mientras me acerco. Se que mi distracción hará que pare y si me coloco entre el niño y él creo que conseguiré meter al chaval en el cole y desde alli llamar a a sus padres para que pongan una bonita denuncia.
Pero con estas cosas siempre lo mismo. Transcurren demasiado rápidas y nada sale como uno querría. Y se cometen errores
Error 1.
El motero se envalentona al ver un adulto frente a él.
Error 2.
El motero golpea con el casco en el pecho del adulto.
Error 3.
El motero grita y hay adultos que no soportan los gritos de los moteros.
Error 4.
El motero insulta al adulto mentando a su madre.
Agresión, insultos, violencia y cientos de testigos.
Si hay denuncia gano yo.
Hecho.
Chasqueo la lengua, abro la mano, suelto el brazo. La bofetada es bestial. Pero como de padre a hijo. Castigándole por portarse mal.
Gira 180 grados y cae de rodillas al suelo. Sólo una frase al oido, cerquita, solo para él y para mi. Como dos enamorados.
- ¡A los niños pequeños JAMAS SE LES PEGA!
El pequeño ya está dentro del cole. Todo el mundo mira. La he cagado. Cuando mi hermana se entere de esto no va a permitirme mas tardes con su hija. Ayudo a levantarse al motero que todavia no es muy consciente de lo que le ha pasado. Le coloco la ropa, le pongo recto, le invito a que coja a su chico que tambien llora y se vayan a casa. Responde que si..que se van...
El que se vá soy yo.... siento las miradas como picaduras de martillos de todos los padres y madres... marron..marron...
Entro en el coche. Mi sobrina atenta a su Nintendo. Arranco.
- Tio, ¿A que no sabes que?...
- Dime cariño...
- Por fin he conseguido dinero para comprar ropa a mi muñeco.
- ¿Y como lo has conseguido?
- Aprendiendo a pelear y ganando un combate.
Dos semanas despues, mi hermana aún no me ha comentado nada del tema.
A la tarde siguiente, una madre de un compañero de mi sobrina se acercó y me dijo que lo que habia hecho el día anterior "habia estado bien y que habia sido justo" y que el resto de padres-madres opinaban igual.
Sus ideas al respecto de solucionar las cosas con la violencia no son muy acertadas... pero eso se me olvida en el preciso instante en el que su boca da refugio a mi prepucio en el asiento de atras de su coche, cada tarde, media hora antes de la salida de los colegios.