jueves, 30 de septiembre de 2021

Leerme es apagarme

Me enfrento a mi lectura
y siempre pierdo.

Demasiadas aristas
que no me entiendo
y que descubro
en esta ausencia
de rimas
y exceso
de adjetivos.

Al surgir desenfrenadas
como torrentes en primavera,
las dejo ir montaña abajo
y me olvido de sus sonidos
apenas nacen.

Son vacunas para mis ruidos.

Al alejarse notó que llega otra,
y después otra,
y otra más.
Salen de distintas grietas
en mi piedra, casi al azar.

Algunas pasan rápido
mientras otras se quedan más
y me permiten sumergir mis manos
en sus vísceras para deleitarme
con el tacto de su movimiento
apenas iniciado
para después golpearme con fuerza
y correr hacia otros ríos.

A veces me tientan
pieles ajenas,
para leerlas por primera vez
y odio hacerlo.

Leerme es apagarme.

Es mirarse al espejo
que refleja demasiadas caras
que fueron y ya no son
balbuceando miserias
mientras intentan sonreír
o llevar la copa
con incierta elegancia.

La felicidad reclama a la ignorancia
como esposa lésbica
y yo debo ser algo hetero.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Cosas que lloran

Es difícil huir
de las cosas que lloran.

Te atenazan con sus anillos,
abrazandote por completo
sin dejar un resquicio
para respirar hacia delante.

Murmullan lindas palabras
suaves y dulces
como los recuerdos
de ventanas abiertas en septiembre.

Te tapan los ojos
con las manos de niña
que te pregunta un quien soy
haciendo que nada más importe.

Te encierran tras las puertas del armario
con todos los disfraces
que fuiste entonces
y que ahora ya no sabes usar.

Es tan difícil huir
de las cosas que lloran!

domingo, 5 de septiembre de 2021

Que si tú, que si yo...

Que si tú,
Que si yo,
Que si tú,
Que si yo,
Que si tú,
Que si yo,
Que si tú,
Que si yo,
Que si tú,
Que si yo,
Que si tú,
Que si yo.

Al final, guapa,
todos morimos.

jueves, 2 de septiembre de 2021

Ayer por la noche

Ayer por la noche
el espejo me devolvió
el rostro del diablo
mientras me afeitaba.

Tuve miedo
de su sonrisa
embaucadora.

Sus ojos fríos
quemaban
y me seguían.

No puedo decir
que hubiera belleza alguna
en sus rasgos,
pero resultaba muy difícil
dejar de mirarlo.

Con un dedo
cogió espuma de afeitar
del reflejo
de mi mentón
y escribió,
en perfecto inglés,
un mensaje invertido
en el espejo
que nos separa.

"Come back,
I miss you"

Notó mi sonrisa
y dió un paso atrás
asustado.
Después saltó al espejo
y con sus inmensas uñas
arañó con furia
dejando surcos de vidrio
en su lado.

Terminé de afeitarme
silbando
y alegre
como casi siempre.