jueves, 31 de diciembre de 2020

Diablos entretenidos

 Y el diablo se queda entretenida

contándose los días que aun le quedan

entre los vivos

con esas tetas de mil polvos

que derraman hasta su ombligo

el olvido de tantos orgasmos

nunca conseguidos.


Asi que prefiere las hormigas blancas

y se las coloca entre sus muslos.

Puntita para puntita

como su fuera un pececillo

en una pecera no demasiado grande.

La coca

nunca hace estragos como antes.

Piensa famélica

y cada vez mas triste.


Tal vez sean ya las doce 

ahí fuera

y un universo de risas

y gentes dichosas

se abracen y besen

con el delirio que

solo la vida concede.


No ha sido el peor año de su vida.

Tanto quejarse hostias!

ya los tubo mucho peores

y no descarta que se repitan

aun mas fieros.


De pequeña tomaba uvas 

y las contaba y pedía un deseo

que nunca llegaba

pero molaba pedirlo.


Ahora, con las piernas abiertas,

el diablo cuenta los segundos

que quedan hasta que amanezca.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

Paraque? ... Paradrojas?

Para qué las
Paradojas
cuando el mundo
que respiras
te ahoga con sus valores
haciéndote más necio
fabricandote cual sabio
que sólo dice paridas.

Para qué las
Paradojas
cuando tú mente
conforma 
disconformes palabras
en oraciones onomatopeyicas.

Para qué las
Paradojas
cuando tú alma
es de grafeno
con sutilezas de rosas.

Para qué las
Paradojas
si el deseo de tu boca
ya fué realizado
por labios ajenos.

Para qué las
Paradojas
si te nacen
de la sensatez
de tus excrementos.

Para qué las
Putas Paradojas
si vives
mientras no dejas
de morir.

Para qué las
Paradojas
en habiendo
Palexia
y París.




martes, 29 de diciembre de 2020

Caléndulas acuáticas

Como las caléndulas acuáticas
reciben los nidos de las grullas
yo acepto mi destino
enterrado en aguas estancadas
que el viento azota
siempre demasiado alto
y supongo helado.

Apenas elevo mi mano
y el murmullo acalla
quedándome sordo
por ausencias de sonidos,
Dejando mi corazón,
rota caja de resonancia,
llenándose de pantano
añorando siempre
al río.

Sabroso sabor que sabe
a sumas que restan
Imbecilidades.

lunes, 28 de diciembre de 2020

Ese odioso soneto deseado...

Ese odioso soneto deseado
por el infame fuego que me abraza
destruyendo el placer que me atenaza
por el terror del verso al verse atado.

Saber al verso libre acojonado
tras cerrarle con fuerza su bocaza
y sentir como rompe la mordaza
el cañón del soneto retornado.

Explotando en un charco de vileza
donde flotan insípid@s poetas
que esconden tras aplausos su torpeza.

Agrandan pobres versos con muletas
que al leer me generan gran pereza
dejándome un olor... como a mofetas?




domingo, 27 de diciembre de 2020

Gacelas devorando Leones

Cada día sabe menos
de las cosas
que ocurren
y de quienes
las hacen.

Parecen cosas importantes
a las que no
encuentra sentido.

Películas
que son cultura europea
sin parecerlo.
Actrices o actores
que hacen de si mismos.

Poetas con sexo
claramente definido
en función
de ausencia,
o no, 
de coño o de polla.

Políticos que mienten
a cara descubierta
y más mierdas.

Periodistas
que confunde
con cómicos.
Cómicos
que confunde
con imbéciles.
Ergo...

Nuevos seres
altamente motivados
que berrean patrañas
en redes
cada vez más asociales
que nunca fueron sociales.

Millones de egos
que gustan
a millones de egos
y hacen mucho ruido.

Y tu aquí,
sin enterarte de nada
por más que observas.

Me siento
cual gacela
devorando
a su leon.

sábado, 26 de diciembre de 2020

Tus encías son mi sexo

El anciano ladra y aúlla
en chat infinitos
y pide a la dama
lamer sus encías.

Destapa el impulso
de bocas sin dientes.
Deseo constante.
que guarda en su mente.

Siempre desdeñado
en el clamor del sexo
mujeres asustadas
sujetan sus postizos.

Añora sonrisas
vacias de colmillos,
incisivos y molares
ladrones de belleza.

Que dulce el brillo
de la encía vacía.
Que suavidad extrema
al recorrerla con la lengua.

Tan difícil la conquista
que el jubilado decide
buscar su gozo en mensajes
de virtuales amantes.




viernes, 25 de diciembre de 2020

HUNDIENDOSE HACIA ARRIBA

Espesa la tarde
convoca a las noches
relatando días
que fueron difusos.

Monstruos en mis sueños
de mediodía
invocando a voces
hermosas incertidumbres.

Nada es certero
ni sólido
ni tiene tacto
ni acapara realidad.

Me hundo hacia arriba
lejos de los timbres
de los mensajes
y de los minutos.

Mi desequilibrio
me centra en la nada
de la que aprendo
el sentido de los tiempos
que desaparecen.

jueves, 17 de diciembre de 2020

OFF y OFF

Me puse la tele
cinco minutos
y creo
que voy a vomitar.

Me puse la tele
cinco minutos
y creo
que voy a vomitar.

Me puse la tele
cinco minutos
y creo
que voy a vomitar.

Me puse la tele
cinco minutos
y creo
que voy a vomitar.

Como cuando
me harté de follar.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Se cansó y se fue ayer

El sonido de la cuerda
tensa
alrededor de su cuello
deja en silencio
el recuerdo de su voz
siempre demasiado alta.

Se acercaba despacio
moviendo hombros caídos
con sus porros
y esa sonrisa medicada.

Removía la parrilla
dando la vuelta al pescado
hablando de multiuniversos
y maneras de esnifar la vida.

Un día arriba
y otro muy abajo.
Cada vez menos fuerza
para subir
y más ganas de mirar
desde abajo.

Ayer se despidió de todos,
de alguna también.
Escribió una nota
casi de disculpa.

Eligió un buen árbol
con buenas vistas
y se dejó mecer
por el viento.

Terrible el crujido de su cuello.
Y adiós a la soledad
Tensa la cuerda, silencio de tarde.
Olvido y un pie sin sandalia.

martes, 15 de diciembre de 2020

Asumiendo muertos

Vomitó al despertar
tras otra noche desesperada
de metas imposibles
y licor barato
que le vende un chino
de sonrisa sin dientes
y enormes encías
tras una pared
de plástico transparente.

No recuerda si fue lenta
o fue de las patinaje
artístico.

No recuerda si besó
labios o folló culos,
al menos el suyo
no le duele
y esa es buena señal.

Creé que hacia las cinco
en algún reloj del mundo,
alguien le dió la hora
junto con abrazo.

Recuerda tumbarse cerca
de fuegos encendidos en bidones
y mujeres exoticas
con largos abrigos
de pieles eléctricas
que aúllan sus precios
y hablan de recetas.

Todo va llegando
en sumatorio de imágenes
con frío en los huesos
que consuman su venganza
al estirarse.

La TV encendida.
El sube el volumen.
La añeja periodista dentro
parece jodida por no poder gastar
su enorme sueldo diario
en época de toque de queda
y habla de libertad 
y que baja
la cifra de muertos.

El la grita a ella y al tentetieso
que siempre dice sí sobre su televisión:
"Dilo, di que toca asumir, que es daño colateral, di que toca eso
para que tú puedas
depilarte y llamarme
para follar atada,
abofeteada, quemada, 
golpeada, meada
y falsamente querida.
Di lo que me dices,
que asumamos nuestros
Muertos.

Hija de puta.

lunes, 14 de diciembre de 2020

Sobre paraísos y esas mierdas...

De tanto imaginar su espalda
dibujada de saliva
con símbolos y espirales,
cuando la tuvo delante
se sintió tremendamente triste.

De tanto fantasear con el aroma
que su piel genera al excitarse,
cuando metió su nariz
en su cuello estremecido,
se sintió tremendamente triste.

Era tanta la ilusión de sentir
entrar dentro de ella
y sentir su corazón desde ahí, 
que cuando ella galopaba
a lomos de su deseo
el se sintió tremendamente triste.

Ella nunca notó nada.

Él supo entonces,
con apenas vida comenzada,
que los paraísos conseguidos
son para siempre
Paraísos Perdidos.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Amores Donuts

Sabrosos por fuera.
Vacios en el centro.
Perfectos para desayunos.
Empalagan en exceso.
Se secan enseguida
si no se consumen pronto.
Adictivos y simplones.
Ahora se visten
de aromas y chocolates
con estilo extravagante.
Los deseas en su ausencia.
Los engulles sin sentir.

Amores Donuts
Amantes Donuts.

Siempre dos
mejor que uno.

martes, 8 de diciembre de 2020

Mis huesos

Mis huesos desean los tuyos
sobre ellos.

Clocoquean en mis despertares
con crujidos de deseo.

Duelen a veces por lo amores
perdidos.

Otras osamentas los dañaron
irremediablemente.

Reconocen los murmullos de tus pasos
si van desnudos.

Añoran los compases que tú sexo
les impone.

Mis huesos desean tus huesos
también bajo ellos.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Ansías Futuros

Ansías futuros de ramas
cargadas de hojas
donde el viento
sea el invitado
y los murmullos
sólo salgan de los muertos.

Ansías momentos de copas
bien llenas de risas
con abrazos y con besos
que siempre saben a vida
y a batir de alas y manos
bajo tu mesa 

Ansías delirios calientes
entre pieles de gentes
que nunca se queden
pero de los que guardaras
sus tibios aromas.

Ansías futuros 
desde tu presente.
Y el Ahora, ausente,
muere de miedo
sin apenas moverse.

domingo, 6 de diciembre de 2020

Me follo a la Parca

Cada vez la siento mas cerca
mi Parca enfebrecida
dueña del final de mis días 
con sus manos heladas
y su rostro inexistente.

La noto rozándome la espalda,
acariciando mi nuca,
soplándome en el pecho,
flotando junto a mis manos,
escondida bajo mi cama
dispuesta a todo por mi alma.

Y yo le abro mis sabanas
y entra en ellas, mi fortín.
Y me cabalga
y goza del placer del instante
aquella que solo sabe de infinitos.

Se corre explosionando mil soles, 
ahuyentando a mil demonios,
acojonando a todos los dioses, 
arrancando cien mil vidas
que no son la mía.

Después me abraza
y al oído me susurra:
"La próxima vez será."
Y así se pasan los años...

sábado, 5 de diciembre de 2020

Milan Entretejidos

Tu eres del frío de una estepa
De Siberia.

Yo Anido en mi playa
En Cabo Verde.

Nos unimos en Milán
Entre esculturas
De sus siglos
Mas decadentes.

Tú me clavas los dientes
En mi alma desgarbada.
Yo reclamo tus lujurias
Y tus miradas de algas.

Después del placer
Callamos mientras
Nos damos las manos
Y tú aprietas bien fuerte.

viernes, 4 de diciembre de 2020

Amor y mascarillas

Amor de miradas en un tren abarrotado
Donde las sonrisas se esconden
Detrás de un miedo primigenio
A ratas, bichos y murciélagos.

Tus Ojos inmensos tras tu verde
máscara quirúrgica me permiten
Reconocerte.

Sentada al fondo del vagón
Intentantando evitar la muerte
De la que habla la gente
Si te acercas demasiado.

Tu siempre supiste alejarte
Lo justo para que no doliera
Nada nunca demasiado
En tus lances de amor y hierro.

Ahora y aún más alejada
A esconder tu belleza
Te ves obligada.
Tesoro en caja fuerte
Que tremendo desperdicio!

Por un instante cree reconocerme
Pero dudas.
Recuerdas mi mirada más alegre
Cuando lo que mentía
Era mi sonrisa.

Bajas tu mirada.
Pierdo tus recuerdos.
Se van con el tren
Hacia estaciones
De invierno.

jueves, 3 de diciembre de 2020

Mariposas

Su dedo toca mi pecho y ahoga mil mariposas.
Mueren lentas, moviendo sus alas suaves sin saber lo que les pasa.
El rumor termina y el dolor estalla.
Imaginé tantos momentos de su mano que ahora se quedan en nada!

Ella dichosa sonríe al imaginar mi dicha.

Yo mantengo mi sonrisa, triste mueca
de payaso.

Volverán las mariposas para rellenar mis pasos
depravando mis sentidos,
agobiando cada asalto,
despistando mi fluidos
y provocándome risas
que son imanes
de manos
que tendrán dedos
de esos,
que matan mariposas.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

martes, 1 de diciembre de 2020

Palabrarmas que hieren

Nombres son floretes.
Verbos como espadas.
Adjetivos dagas.
Adverbios katanas.
Artículos sables.
Conjunciones son alfanjes.
Preposiciones cual gladios.
Pronombres son espadines.
Sustantivos como lanzas.
Interjecciones estoques.

Todas cortan.
Todas dañan.
Todas arrancan las pieles.
Todas te pelan el alma.

Y ahora se usan
de maneras vanas,
Miles de poetas,
Cientos de escritores
que me dan arcadas.
Ya no leo nada.

Como este poema
que aqui mismo
Acaba.







lunes, 30 de noviembre de 2020

Levantas tu copa...

Levantas tu copa
en silencio
a oscuras
o con los ojos cerrados.
Brindas por ello
por lo nunca ocurrido
pero siempre deseado
que resulta que
tampoco era
tan importante
visto ahora.
QueQuien te hizo creer en ti
estúpido payaso
desnudo frente a todas?
Los ríos pasan lentos
Y ahogas poetas en cada
meandro.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Si te pierdes el presente..

Si te pierdes el presente
Tu futuro no te lo va
A perdonar...
Joputa...

Ke diria la gran Cuca...

Nuevos iris envejecidos

Nuevos iris envejecidos
derrotados de besos
que rezuman licor de pasas
y necias arcadas
con aromas a caricias
de infinitas paredes de mármol
por las que me escurro
como si fueran suelo
siempre demasiado brillante.

Todo gira entre su boca
y la suya tras mi espejo.
Son dos o dos o tal vez 
fueran dos los adioses
gritados a lo lejos.

Nunca escucha
excepto el silencio
del viento
más allá de las cortinas
donde el recuerdo
del ladrido de mil perros
le recuerda la certeza
de su temporalidad
y de la vida
que te olvida.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Levedad Húmeda

Lo leve
si leva
dos veces llueve.

Resaca en sus labios.
Reseca en su besos.
Áridos abrazos.
Desérticas miradas.
Desoladas caricias.
Estériles abrazos.
Yermos arrebatos.

Pero a veces pasa
que arranca una nube
entre sus pestañas
y crece en su frente
confinado vientos
que sonríen fuertes.

La primera gota
sólo cala el alma.
La segunda es fuente
que moja  su olvido.
La tercera es río
que inunda sus ganas.

De repente es lluvia
que todo humedece.
Permitiendo gozos
que entre piernas crece.

Levedad que anega
Lo que el placer cede.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Aguanta la noche

"Aguanta la noche"
me grita al oído
mi obesa princesa
de boca con fresas
mezcladas con nata
que ensucian
el coche.

Me cruje los huesos,
Me rompe la espalda.
Araña mis pieles.
Arquea mis ramas.
Arranca raíces.
Muerde mis entrañas.

"Aguanta la noche"
empaña las lunas
su cuerpo montaña.
Me clava sus dientes
Con ansias de hada.

Y la noche calla, 
mira de soslayo,
la cruenta batalla
de amor con fluidos
de mi amante obesa
que le gime al alba.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Semirrígida Mirada

De frente se sienta
la borde princesa
que rompe palabras
que huelen a hombre.

Borracha de furia
gritan sus encías,
raspan sus tacones
sobre mis costillas.

Busca que la excite
mi dolor ausente
que se murió niño
siendo adolescente.

Semirrígida mirada
de parpadeos ausente
que la vida me perfila
y la noche me consiente.

Se despide agradecida
de placeres bien pagados.
El se lame las heridas
desamor asalariado.

martes, 24 de noviembre de 2020

Títulos de poemas que no serán...

Semirrígida mirada
que aguanta la noche
con levedad húmeda
de nuevos iris envejecidos.

Levantas tu copa.
Yo entierro la mía.
Ansías futuros.
Yo guardo mis pieles.

Sonrisas sin fiestas.
Aplausos sin triunfos.
Músicas resecas 
Tardes de difuntos.

Me pides mi alma
que ríe vacía
sin ojos, sin ganas,
tras de las cortinas.

Vienes a mi encuentro
noche endurecida,
ladrona de sueños,
golpeas y escapas.

jueves, 19 de marzo de 2020

ESTADO DE ALARMA POR CORONAVIRUS. DIA 3.

Hoy comienzo el día como todos, con lentitud de cuadro o de melodías funerarias.

Abro los ojos sin necesidad de alarmas. Hoy con el sol. Otros días aun de noche. De repente sigo vivo. Cada día es eso, un recomienzo inspirado en lo ocurrido días anteriores con situaciones que sucedieron que generan nuevas situaciones que suceden y que deben ser resueltas del modo más coherente. Esta coherencia no es siempre la más moral , ética,  religiosa, tecnologocientífica o políticamente correcta, estos caminos ya los recorrí con dudas antaño y confirmaron mis suposiciones previas a transitarlos... que no me sirven. Mi coherencia es propia, basada en la experiencia, en el sentido común y sobre todo en mi propio interés y en las necesidades de mi alimaña.

Navego por las jornadas diarias sin prisas.

Me afeito.

Me ducho.

Me seco.

Me visto ( tengo 8 pantalones iguales, 8 camisetas iguales, 8 sudaderas iguales, 8 pares de calcetines iguales y 8 pares de zapatillas deportivas para el día a día, para salir tengo algunas piezas de abrigo y calzado adecuado... mi alimaña tiene su propio vestuario.)

Mis desayunos son amplios y he de reconocer que suelo saltarme, de vez en cuando, algunas reglas que me impongo para no superar un peso adecuado a las necesidades físicas que me impone la captura de mi alimento más importante, la carne. Un par de kilos de más en el abdomen suponen menos velocidad, menos metros recorridos a la carrera, menos capacidad de carga, más trabajo cardiovascular y menos vida. Así que sí, me gusta cuidarme. Nunca falta en mis mañanas lacteos, cereales, frutas, aceite de oliva y alguna pieza de carne magra y ausente casi por completo de grasa que suelo seleccionar de piezas provenientes del cuello o de los hombros de presas seleccionadas y aficionadas a la vida saludable y que practican deporte casi cada día. La vida activa que llevan estas personas infiltran grasas marrones en estas zonas de su anatomía y de todos es sabido que es la grasa más saludable y, a mi parecer, la más suave y aromática. Por algo es el 5% de la grasa que tenemos al nacer y que perdemos a los tres meses de vida.

Después del desayuno y tras algunos minutos defecando con autentico deleite me centro en mis labores diarias. 

Organizo y limpio mi entorno. El tiempo que dedico a esta actividad es proporcional al tiempo que mi alimaña haya requerido la tarde, noche o día o días anteriores. Si hemos estado de caza y se ha pasado toda la noche desangrando, cortando y refrigerando, esta actividad puede llevarme toda la jornada. Si mi alimaña esta tranquila, como estos últimos días, apenas he de hacer nada.

Me gusta el orden y hace años, una persona muy querida,  me enseñó que si no desorganizas no tienes que trabajar en organizar de nuevo. Por cierto que si aún cierro los ojos y me esfuerzo ligeramente puedo sentir el rastro de sus aromas en mis guisos. Hay personas a las que nunca se deja de querer.

Con mi entorno ya adecuado, me centro en mi trabajo.

Yo teletrabajo casi desde siempre.

Al desarrollarse estos apetitos míos tan específicos durante la adolescencia tuve que dirigir mis capacidades de aprendizaje a entornos que me mantuvieran, a mi y a mi alimaña, lo más alejado posible de mis congéneres.

Yo practico la distancia social casi desde siempre.

Tras mis primera cacerías me di cuenta que necesitaba espacio y mucho tiempo para poder realizarlas y salir airoso del ruido social que ocasionaban y las fatales consecuencias judiciales que podrían acontecerme si en algún momento mi metodología no fuera la adecuada y terminaran pillándome con las manos ensangrentadas y el estómago repleto de carne de individuo o individua selecciona al azar, torpemente acechada y cazada a la vista de todos. Así que me decidí por el mundo de las ciencias exactas y en concreto por el, entonces, novedoso mundo de las computadoras. 

No soy demasiado brillante en cuanto a capacidades intelectuales, pero si muy aplicado, constante y laborioso. Lo que otros aprendían en apenas unos días, yo necesitaba semanas para conseguirlo. pero tras varios años y más que muchas horas de estudio, me convertí en un joven programador que podía trabajar desde casa. Entonces eramos tan pocos y el trabajo tan abundante que pude costearme una vivienda amplia en el barrio donde habito, acorde a mis "otras" necesidades. Por aquel entonces la aparición de Internet me supuso la felicidad absoluta al conseguir desaparecer del mundo físico de mis clientes. 

En la actualidad mi vida laboral se centra en contratos bien remunerados sobre análisis de datos para estudios de mercado, desarrollo de sistemas de seguridad para empresas de juego online, asistencia en labores de SEO para grandes marcas, diseño de interiores en 3D y lo último y más entretenido: Social Media Manager para distintas agencias de publicidad repartidas por todo el planeta. Años de experiencia me permiten poder seleccionar lo que me apetece hacer y me permiten tener un buen fondo económico repartido en inversiones, criptomonedas y varias cuentas bancarias en distintos paises de las que podría vivir indefinidamente, si fuera necesario.

Reparto en tres mi horario laboral sin horario. 

Tras varias horas, las que requiera lo que sea que esté haciendo, suena mi primera alarma del día hacia las 13:00.

Hacia esa hora suele llegar el repartidor de la empresa que contrato con mi pedido de comida diaria. 

Me gusta comer productos frescos.

Para no interactuar con ellos he diseñado la entrada a mi vivienda de un modo muy particular. 

Seleccioné una vivienda en un piso de altura donde existe un vecino por cada planta, de esta manera evito zonas comunes. Tras llamar a la puerta exterior esta activa una pequeña pantalla donde indica que en ese momento no puedo abrirles al estar concentrado en mi trabajo, o por no estar en ese momento en mi domicilio, o por haber salido unos minutos... varios mensajes que aparecen al azar para no crear conductas de comportamiento y, así, alejar a posibles amigos a lo ajeno. En la pantalla se indica que se abrirá la puerta automáticamente y que deposite lo que sea que lleve en el suelo de la siguiente estancia. Al entrar otro mensaje en su interior le indica que esa estancia se cerrará en 5 minutos para que sean rápidos y efectivos. Cuando han terminado pueden poner su recibo bajo una impresora que marca con mi firma especial para entregas. Cuando abandonan esta pequeña habitación y se cierra la puerta exterior tras ellos, yo abro la puerta de acceso a la vivienda e introduzco mis viandas o el paquete de Amazon, o lo que sea. El sistema lleva alimentación eléctrica independiente por baterías, los últimos instalados son los Powerwall de Tesla y son impresionantes, ya que en una ocasión se fue la luz y tuve que salir personalmente a abrir al repartidor que gritaba dentro. Toda mi vivienda esta perfectamente insonorizada y el pobre hombre tuvo la terrible sensación de encontrarse sólo y encerrado en un pequeño espacio similar a una cámara anecoica donde no escuchas bien ni tu propia voz. Tuve que abrir mi puerta, calmar al hombre y abrir la puerta del exterior del modo manual que solo yo conozco. Bueno, que solo conozco yo  y mi alimaña. A la que tuve que calmar durante varios minutos antes de abrir puertas ya que se despertó de repente al saber de una presa cercana y recluida y a la que tuve que mantener sujeta con fuerza mientras cerraba la puerta posterior y ambos veíamos alejarse hacia el ascensor esa suculenta pieza de unos 70 kilos, alrededor de 30 años y tan próxima e inmediata.

En fin... Hoy no sonará el timbre.

La alerta por coronavirus ha interrumpido ese servicio y de momento tendré que servirme de los restos de compras anteriores y de mis conservas. He previsto que hasta el sábado tengo lo suficiente para subsistir sin salir.

Asi que en este momento, alrededor de las 13:15 suelo comenzar a cocinar. 

Básicamente me defino como vegetariano ovolacteo no practicante. Algo así como los católicos que fueron bautizados y que tal vez hicieron la primera comunión pero que nunca acuden a los oficios religiosos aunque siempre se acuerdan de sus dioses cuando las cosas no les van bien.

¿Que parece una broma?.... ¡ Por supuesto que lo es !... me gusta gastarme bromas y un momento de cómica ironía siempre viene bien en esta mi vida de yo conmigo mismo... y mi alimaña. Aunque ella sonríe poco y cuando lo hace intimida mas que agradar.

Hoy tengo un estofado de patatas con carne mechada de una presa que llegó a mi nevera hace dos meses, en pleno invierno y de la que recuerdo, costó bastante sacar todos los pelos de su abrigo de visón que mi febril alimaña incrustó con cada mordisco en la parte lateral derecha de su abdomen. El estofado lo tomo siempre un día después de haberlo cocinado, de ese modo se intensifican aromas y sabores. Lo acompaño con pan que hago yo mismo con masa madre propia y un vino blanco con algo de queso curado y ensalada para terminar la comida

Después de comer le dedico 30 minutos a ponerme al día de lo que sucede ahí fuera. Estos dias hay poca variedad: Coronavirus por aqui, coronavirus por aca, por allí, por acullá... 

Suelo ver la televisión para acceder a la información rápida y facilona que ofrece. Son programas informativos con titulares y poco más, con algún análisis sintetizado para ser comprensible en las mentes de sus usuarios cada vez mas idiotizados y que aseguran un publico manipulable y miedoso. Una sociedad de prejuicios, y intransigencias que se inventa valores para sentirse mejor consigo misma y que alienta al rebaño a respetar a sus pastores.

Y a mi alimaña le encantan los rebaños.

Una siesta de 30 minutos en mi sillón de la siesta. 

Al despertar un buen trago de agua y una ración de chocolate negro me preparan para unas horas de trabajo intenso.

Hacia el final de la tarde una pausa de 30 minutos para tabla de ejercicios aeróbicos y de fuerza, y otros 10 minutos de entrenamiento exclusivo golpeando al saco con distintas técnicas y con varias partes el cuerpo ( manos, puños, codos, rodillas, tibias , pies , cabeza ).

Ducha.

Cena suave. Me encanta hacer paté en la Thermomix. Aún tengo un par de tarrinas de paté de campaña con el magro y la papada de un hábil notario de provincias que sucumbió a mis encantos culinarios. Una cerveza de trigo y un ensalada de tomates cherry con canónigos es más que suficiente para cerrar hoy el día.

Envío el resultado del trabajo diario a mis clientes.

Me siento en mi sillón y leo sin criterio. Todo me sirve. Novela. Revistas. Editoriales. Poesia. Folletos. Artículos científicos y pseudocientificos. Libros físicos y online. También se cuela algún vídeo de youtubers... Todo menos Twitter, el desagüe de aguas negras de este siglo XXI.

Durante todo el día me acompaña una secuencia musical que se genera al azar de entre varios servicios online y que apago cuando duermo o cuando necesito concentrarme. Tarareo y silbo a menudo.

Al final de la jornada apago luces y  me asomo a la terraza que esta cerrada al exterior. Me gusta  mirar y ver como viven las personas que están dentro de esos pisos. Algunos comen, otros leen , otros se quitan la ropa para meterse en la cama. Las luces se van apagando.

Un día más... un día menos.

Y hoy mi alimaña esta tranquila... aún queda carne en la nevera.



miércoles, 18 de marzo de 2020

ESTADO DE ALARMA POR CORONAVIRUS. DIA 2.

Me estoy quedando sin carne.

Tres días encerrado y en mi despensa cada vez hay menos muerte. Del tipo de muerte que me da vida. Carne cazada, mordida, arrancada, escogida, cortada, sazonada, empaquetada, acumulada, refrigerada, cocinada y degustada... con una cerveza bien fresca.

Apenas queda para dos o tres días y escucho por televisión que serán 15 los días de encierro, que no de soledad. Estoy muy acostumbrado a mi mismo, a mis pensamientos y a mi casi absoluta ausencia de emociones. Llevo tantos años dentro de mí que he conseguido sentir el mundo como a través de un guante de latex de esos azules que ahora se han puesto tan de moda. Nada que esté al otro lado me resulta del todo real, son formas que  se mueven, estaciones de tiempo que trascurren y murmullos entre ruido.

Y es mejor asi, porque cualquier rasgadura provocada o accidental activa a mi alimaña, a mi bestia, al que siempre tiene hambre de fibras musculares y sangre sin ruido, que hace que mi rutina se esconda en una enorme habitación oscura desde la que, cómodamente sentado, observo sin pestañear como rasga mis paredes aislantes y olisquea el aire y selecciona la presa y caza y me alimenta.

Tenía que haberlo previsto pero mi distancia social es tan amplia que aunque escuchaba sobre el aumento de contagiados y victimas en tantos sitios del planeta, sólo podía pensar en el sabor de esas carnes infectas de tan reciente virus. Tal vez afectaría en algo a su sabor final y deberían ser condimentadas de forma distinta a la habitual. Quizás la infección acelerara el deterioro de la carne y el  proceso de descomposición fuera más rápido y tal vez intensificara su paladeo. Es posible que la carne de los contagiados que apenas muestran síntomas y sobreviven sea particularmente exótica por su novedad en mi menu. 

Todas estas dudas ya fueron resueltas con anteriores infecciones de años atrás y mi exquisito paladar supo reconocer en el 2009 durante el brote del H1N1 ciertos matices en los aromas de algunas partes específicas, sobre todo internas. Y es que me encanta la casqueria, no puedo evitarlo. Esa intensa satisfacción de unos buenos riñones al jerez o una tortilla de ajetes y sesos o un suculento filete de hígado encebollado. Es lo que tiene la casquería, que regala mucho con muy poca preparación. Todo lo incluye, no hay que sacarlo.

También recuerdo las suculentas cenas durante los años 80 de aquellas carnes con VIH. Que joven era mi alimaña entonces. Que rápida y ágil. Que certera en sus decisiones y aplicada en sus métodos. Olía, seleccionaba y vencía. La caza en los parques de mi ciudad donde las presas se besaban, follaban o se drogaban era tan simple y casi hermosa. Acechar tras el seto. Respirar los aromas. Salivar por la sensación futura. Seleccionar la pieza y acompañarla en sus últimas horas, a veces incluso, durante sus últimos días. Y en todo ese tiempo aprendías a quererla, se establecía un vínculo de algo parecido al amor espiritual entre un creyente y su Dios o Diosa. Sus caminos eran los mios. Sus amigos eran los mios. Sus familiares eran los míos. Sus vecinos eran los mios Su vida era la mía durante el acecho. Su vida era la antesala de la mía. En fin, que me enamoraba sin remedio. Y las sensaciones de aquella moderna carne infectada en un mundo de músicas y estéticas sin límites,  daban alas a mis horas de aderezo, aliño y condimento en la cocina. Nunca fui mas creativo en mis recetas ni mas audaz en la caza.

Pero debo alejarme de tanta nostalgia.

Me estoy quedando sin carne y he de replantear mis métodos de sustento. Ahora las presas están en sus madrigueras. Seguras y encerradas. Los parques vacíos. Las calles despejadas. En los aparcamientos exteriores de los grandes centros comerciales no hay un alma. No hay noches de alcohol y desenfreno que invitan al abandono. Se me ocurre un símil tonto al ver ciertas imágenes en la televisión de personas comprando compulsivamente, siento su frustración. También los estantes de  alimento en mi enorme supermercado vital están casi vacías.