Lola la Amarga amanece a las 5 de la tarde, a la hora de las corridas de toros, a la hora en la que salen los oficinistas y en la que miles de niños y niñas hacen actividades extraescolares. Se estira y reza. La jornada será larga, con largas horas en largos paseos.
Porque una cosa está muy clara, la Amarga pasea mientras espera.
Y caramelitos de menta.
Las esperas a veces tambien son largas. ¡Ojalá duraran toda una vida!. Esta precioso el campo de la Casa de Campo en Diciembre.
El espejo juega con su imagen y cada dia es menor el reflejo. Más delgada, más del mundo del otro lado del espejo, donde se la come la vida, el sida y el galope en potros desbocados.
Para la vida, sonrisas.
Para el sida, coctel de medicamentos y condones.
Para la "innombrable", la metadona "casi" siempre. Y dilo bajito que si te oye te coje y te besa. Beso mortal que calienta la sangre sucia.
Y caramelitos de menta.
Hacia las 6 de la tarde ya esta subiendo la cuesta del Telegrafo. Madrid se ve hermoso desde allí arriba. Ya hay clientes y chicas y estudiantes que pican y abuelos que miran.
Y comienzan los paseos. El frio era más frio cuando estaba sana. Ahora todo es como flotar arrastrando los pies.
Y caramelitos de menta.
Hoy sólo 6 servicios y para casa. Los hombres son sombras. Olvida sus caras antes de mirarlos y cuando alguno le pide que se la chupe sin condón ella avisa que lleva la muerte lenta dentro, lenta como esos bichos que trepan arboles en los documentales de la 2. A veces alguno insiste y ella se gira y se larga, tambien lenta y le llaman puta.
A las 12 de la noche regresa a casa. Paseando.
Un caramelito de menta ahuyenta los malos sabores laborales.
Pero hay sabores que no quieren marcharse.
El amargo es el que más se agarra.
Y caramelitos de menta.
Porque una cosa está muy clara, la Amarga pasea mientras espera.
Y caramelitos de menta.
Las esperas a veces tambien son largas. ¡Ojalá duraran toda una vida!. Esta precioso el campo de la Casa de Campo en Diciembre.
El espejo juega con su imagen y cada dia es menor el reflejo. Más delgada, más del mundo del otro lado del espejo, donde se la come la vida, el sida y el galope en potros desbocados.
Para la vida, sonrisas.
Para el sida, coctel de medicamentos y condones.
Para la "innombrable", la metadona "casi" siempre. Y dilo bajito que si te oye te coje y te besa. Beso mortal que calienta la sangre sucia.
Y caramelitos de menta.
Hacia las 6 de la tarde ya esta subiendo la cuesta del Telegrafo. Madrid se ve hermoso desde allí arriba. Ya hay clientes y chicas y estudiantes que pican y abuelos que miran.
Y comienzan los paseos. El frio era más frio cuando estaba sana. Ahora todo es como flotar arrastrando los pies.
Y caramelitos de menta.
Hoy sólo 6 servicios y para casa. Los hombres son sombras. Olvida sus caras antes de mirarlos y cuando alguno le pide que se la chupe sin condón ella avisa que lleva la muerte lenta dentro, lenta como esos bichos que trepan arboles en los documentales de la 2. A veces alguno insiste y ella se gira y se larga, tambien lenta y le llaman puta.
A las 12 de la noche regresa a casa. Paseando.
Un caramelito de menta ahuyenta los malos sabores laborales.
Pero hay sabores que no quieren marcharse.
El amargo es el que más se agarra.
Y caramelitos de menta.


