Cinco minutos antes de la hora. No soy amante de la puntualidad en mi vida privada, pero el trabajo es otra cosa y hay servicios que merecen la pena.
LLamo a su portero automático. Mierda. Contesta su marido y me abre la puerta. En el ascensor estoy a punto de darme la vuelta y dejarlo para la próxima vez. Pero no, profesionalidad siempre. En efecto, su marido está en casa y es la enorme sonrisa de su enorme boca masticanabos la que se siente encantada de verme de nuevo. Y es que no lo aguanto.
Me invita a sentarme mientras la esperamos. En su sofá, donde me recibió la primera vez y dónde me la follé con ansia mientras su marido disfrutaba de su partido del domingo, con sus cervecitas y su bufanda del Real Madrid, al lado nuestro.
"Está a punto de llegar, hoy nos trae una sorpresa"
Ese "nos" me marea, demasiado integrado ya en sus vidas. Ellos me pagan por ello pero noto ya el veneno que se acumula en sus ojos. Es una pareja modélica. Él con sus constructoras y sus empresas derivadas. Ella con sus reuniones de Consejera Delegada en esas empresas donde a todos nos encantaría trabajar. Bueno, a todos no... a mi no.
Por fin llega, vaporosa, alegre, sabedora que es "Mi Tarde". Le besa a él y me besa a mi. Yo le meto un poquito la lengua. Se que eso a él le
jode. Me pregunto cual es esa sorpresa. ¿Alguna amiga para mi,
algún amigo para ella y su marido?... no me gustan demasiado las sorpresas.
Le gusta que
comienze de forma imprevista , como en aquellas
películas de la Pantera Rosa en las que el mayordomo chino del detective le atacaba siempre inesperadamente. Recuerdo una de esas
escenas mientras aprieto su tanga hacia arriba, con fuerza, levantándola... y
sonrío recordando al
jodido chino.
"¿ Y esa sorpresa?"..pregunto.
"Caliente,caliente"..responde.
Me sujeta la cabeza y me la empuja hacia abajo. Paga por empujarme y para que baje. Bajo y encuentro la sorpresa.
Mierda, mierda, mierda y mierda.
Un puto
piercing en el
clítoris.
Mierda, mierda, mierda.
La época de
encocadas de magníficas noches
autodestructivas y salvajes me robó parte de la memoria a largo plazo y los cuatro dientes incisivos de la parte superior de mi boca que fueron sustituidos por flamantes dientes postizos, Uno de los cuales es puro metal.
Así me gustaba y
así lo pedí. Cuando este diente roza con otro metal como el de una cuchara, veo las estrellas. Reacción galvánica lo llaman...y un
piercing es de metal...mierda!!!
"¿Te gusta cielo?"..no contesto... Estoy demasiado preocupado en no acercar mi diente a su clítoris. Soy bueno, tengo buena lengua..no habrá problemas.
De repente se gira inesperadamente y ohhhh...un roze apenas.... osstiassss!!!!... reacción galvánica, como un disparo en un nervio sin diente. Su puta madreeeee... y ella...también grita, se retuerce, se estira, se muere un instante, respira agitada..sin voz...... respira ...se para y me mira... ¿Qué ha sido eso?...¿he sentido una descarga!. ¿que es, que es?..quiero más...más..más... y me agarra la cabeza y aprieta. Y mis diente Monreaker impacta en su piercing y grita y grita... No hay dolor, no hay dolor, no hay dolor... soy un profesional...
Además, queda poco para que su marido se quite la ropa y se tumbe a nuestro lado. Le encanta que le pegen mientras se follan a su mujer. Normalmente sólo le doy unos azotitos mientras gime con su tanguita de leopardo pegado a mi costado. Pero hoy... hoy llevo demasiado dolor encima y él demasiado veneno en su ojos.