Nunca, nunca, nunca me llames tonta.
Y como siempre, has sido un caballero, nunca lo hiciste.
Ni cuando descubrí que le comias el culo a mi hermana. Ni cuando te gastaste nuestros ahorros en putos y fiestas. Ni cuando me pegabas. Ni cuando te reias de mi. Ni cuando me encerrabas. Ni cuando me olvidaste. Ni cuando te perdi. Ni cuando....
Siempre un caballero.
Hoy al despertarme me he notado distinta... Tu aún duermes.
- Cariño... llámame tonta.
-Tonta... eres mu tonta .- Murmullas desde tus sueños.
Mientras desayuno tu lengua en tortilla con ajetes, me sorprendo del color de tu sangre en mis manos... Los caballeros tambien la tienen roja... y pringo con la miga del pan.







