Pocas veces la encuentro sobria y la mayoría se acerca con prisa y sonrisa de anuncio de piruletas preguntándome por el sabor de mi polla y prometiéndome el paraiso por 40 euros. Pocas veces me siento a su lado a charlar, normalmente prefiero meterme en su boca y correrme rapidito.
Si esta sobria recuerda sus horas de libros y versos. Sus minutos de caricias y besos. Sus segundos de orgasmos sobre la mesa del salón de sus padres.
Si no esta sobria habla de futuros de ciencia ficción con principes azules de brillante armadura y nómina, que no follan en la primera cita.
Sobria es pasado.
Ebria es futuro.
Mi polla, tu polla, su polla... todas las pollas del universo... son su presente.

Si esta sobria recuerda sus horas de libros y versos. Sus minutos de caricias y besos. Sus segundos de orgasmos sobre la mesa del salón de sus padres.
Si no esta sobria habla de futuros de ciencia ficción con principes azules de brillante armadura y nómina, que no follan en la primera cita.
Sobria es pasado.
Ebria es futuro.
Mi polla, tu polla, su polla... todas las pollas del universo... son su presente.





