NINFITA

En junio vuelve el asfalto caliente. Ninfita pasea a mi lado, dando saltitos con sus pies descalzos y sucios. Las zapatillas colgadas de cuello. Dice que asi es más libre. Nos pillamos una botella de tequila, tres latas de refresco de naranja del Dia, una bolsa de hielo, 20 vasos de papel y un paquete de donuts con chocolate. Será una buena fiesta.

Parque del Oeste. Las terrazas estan que vomitan de gente guapa. Todos límpios. Todas rubias. Coches en doble fila. Ninfita esquiva con alarde torero coches y piropos. Atravesamos el mundo de los que follan por follar y nos perdemos en el verdor del parque.

Ninfita se calza, nunca le gustó el tacto del color verde bajo sus pasos. Ella es de aceras. Hace fresco bajo los arboles, es sólo momentaneo. Nos sentamos donde siempre. Metemos las manos en el hielo hasta que duelen, despues nos tocamos. Llenamos 8 vasos de tequila, hielo y naranja. Cuatro para Ninfita y cuatro para mi. Sonreimos y bebemos rápido. Hace sed y hace calor. Nos los echamos por la espalda. Los dos últimos vasos se terminan con nosotros tumbados mirando las hojas de los árboles. Ahora sólo hay que dejar que el alcohol nos empape por dentro y volver a ser felices. Nos damos la mano y cerramos los ojos.