sobre las que se deja deslizar
hacia camas desechas
donde las sombras tienen
reloj de arenas mojadas.
Despues del sudor
avanza la duda
la pregunta amarga,
la necesidad de huida,
la realidad de las seis de la mañana.
Siempre hay un fuera
pero no sabe encontrar
el camino de salidas.
Se pierde imaginando caras
en el dibujo de las baldosas.
El agua helada de la ducha
como penitencia contra
las noche.
Millones de cuerpos
ahí fuera.
Algunos tendran alma.
Permite al agua del grifo
que salga lenta.
Pasa su dedo por el chorro
cortando la corriente.
La soledad del agua.
Madrid queda lejos,
al otro lado del cristal.
Su vida queda lejos,
al otro lado de su piel.
La soledad del agua.
11 comentarios:
carajo...me dejaste sin palabras
ufff a lejos keda madrid!!
muy fuerte para un lunes
Si ves que la soledad se anuda con tristeza y ya no distingues a qué corresponde cada cabo, sal corriendo.
Besos
Buf... hasta a mí em entran ganas de ir a Madrid...
Besicos
Muy chulo si señor!
Besotes
Reflejo interior de una imajen irreflejable
Tan desnuda como la verdadera irrealidad
Ese mundo profundo, palpitante, instrumental,
autógeno, desconcertante, provocativo
Tan poderoso como destructivo
Mundo de la insaciable soledad,
incansable, interminable
delicioso, obsceno
y delicado placer de engullirse uno mismo.
Las pieles desconocidas se dejan orgasmar hasta el alba, y los hijos muertos, inconscientes, yacen en sus plastificadas formas. La huída es inevitable para perdonar la naturaleza apátrida del encuentro.
Necesito un cola-cao!
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