Nada parecia suficiente a sus ojos.
Nada era suficientemente colorista o luminoso o azul.
Nada parecia suficiente a su tacto.
Nada era suficientemente solido o suave o rasposo.
Nada parecia suficiente a su gusto.
Nada era suficientemente dulce o picante o agrio.
Nada parecia suficiente a su oido.
Nada era suficientemente armónico o rítmico o andante.
Nada parecia suficiente a su olfato.
Nada era suficientemente aromático o fragante o fétido.
Y eso que solo era la cabeza inerte de un maniqui.
3 comentarios:
Si es que dios da pan a quien no tiene dientes...
Besicos
Otro disperso,
besos
Ya, ese es el problema, ke siendo una cabeza de maniki nunca se podrá empachar de ningún olor, sabor o textura, sólo los breves instantes ke le lleguen a través de kien se pare lo suficientemente cerca.
Además una cabeza de maniki nunca escoge el sombrero que va a lucir durante toda la temporada.
Besos cucarachas.
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