Aun sabe mirarme con ese odio amable que tanto deleite me produce.
- Ya de vuelta?
- Nunca me fui..
Siento la tensión en su cuello. Su mano se tensa y aprieta su bolso como si fuera mi futuro, pegándolo a su cuerpo, atrapándolo.
- Y ahora, que vas ha hacer?
- Tal vez... no se... besarte?
Traga saliva deseando la mía. Siente su lengua llenando su boca rabiosa por salir a saludarme. Su espalda la empuja hacia mi sombra.
- Cuanto te quedaras?
- Para siempre...
Y su odio explota y desaparece. Adora mi mentira. Sonríe por fuera y grita por dentro. Oigo el alarido en su pupila.
- Me siento y te cuento.... vale???
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