que aguanta la noche
con levedad húmeda
de nuevos iris envejecidos.
Levantas tu copa.
Yo entierro la mía.
Ansías futuros.
Yo guardo mis pieles.
Sonrisas sin fiestas.
Aplausos sin triunfos.
Músicas resecas
Tardes de difuntos.
Me pides mi alma
que ríe vacía
sin ojos, sin ganas,
tras de las cortinas.
Vienes a mi encuentro
noche endurecida,
ladrona de sueños,
golpeas y escapas.
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