jueves, 25 de marzo de 2021

Más birras

Si en mis manos estuviera dibujado
el destino de los seres invisibles,
probablemente dejaría que se quemaran
en el fuego que nace del odio de los idiotas.

Miraría a las estrellas que se esconden
bajo mi cama y que huyen enloquecidas
cada vez que me masturbo repitiendo
el mismo nombre.

Nada como otra cerveza
y dejarme hipnotizar con la imagen
que hay al fondo de la jarra
que vino de Irlanda,
con aquel viaje que nunca hice.

Y ese calor precioso que nace entre los dientes y recorre el cerebro
hasta las uñas de la polla,
convirtiendo lo humillante
en minutos dulces
de somnolienta distancia.

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