que se escapan de mi dientes
al recordarte en tu ausencia
para volver al instante.
Eres sombra y eres mármol
de un paisaje indominante
que se dibuja en el viento
sin olor que provocarme.
Nunca dudé de tu inercia
que acariciaba mis manos
con poderes tilitantes
que siempre me hacían grande.
Ahora busco mi refugio
en las horas de tus días
abandonados de todo.
Solo tú y tu armonía.
El reloj es mi enemigo
que me miente con el tiempo
incrementando mi fuerza
que vencí siempre, perdiendo.
Te miré cuando llegaste,
a distancia, entretenido
sin saber que mi destino
se hizo rueda en tu camino.
Soy tu aliento en las palabras.
Sé mi ser que ahora se duerme.
Cinco minutos son solo
mi eternidad elegida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario