de su botella de litro.
Son las ocho de la mañana.
Su banco del parque.
Su cerveza.
Sus gafas como lupas.
Su olor a calle, de meses.
Bebe largo y pausado,
ajeno a la prisa del día
que se estira a su lado.
Cierra la botella
y la acomoda en su bolsa.
Levanta la vista
y mira lejos.
Más allá de banco.
Más allá del árbol frente a él .
Más allá de la farola.
Más allá de la zona infantil.
Más allá del propio parque
y del cielo.
Su mirada atraviesa todos los tiempos
para no ver ya nada.
Solo la suciedad
del cristal de sus gafas
donde se inventa recuerdos
que ya mueren.