EL CONSTRUCTOR DE BARCOS

LLevo un año observándole en el bar, coincide con mi café de las seis con su caña, en algunas ocasiones trae un barco de madera con velas de tela, nunca es el mismo barco.

Siempre que viene con uno de ellos aparece una mujer, se toman algo y se van, son mujeres diferentes y la edad varía entre unos treinta y cuarenta y cinco años.

Con el tiempo hemos empezado a charlar, siempre que no lleve un barco de madera... Tiene setenta y siete años, los barcos los construye él. Miden alrededor de un palmo y se los regala a cada mujer con las que se va.

Con el tiempo le he preguntado por esas mujeres, el se ríe ¡la edad no importa!... Me explica con todo detalle como les come el coño, como mueve su lengua por los muslos hasta las ingles, como usa la punta de la lengua y la presión de sus labios...¡ entonces, ellas olvidan mi edad y la suya!.




LLevo unos meses sin ver al constructor de barcos, ellas aparecen por el bar de vez en cuando y miran a ver si esta.Un día hablé con una de ellas, le dije que era su amigo... Me contó que no contestaba al teléfono y no sabía donde vivía... En otra ocasión, me explico con todo detalle como el constructor de barcos le comía el coño... como movía su lengua por sus muslos hasta las ingles, como usaba la punta de la lengua y la presión de los labios... ¡Entonces ella olvidaba la edad de él y la suya!.

Hace más de un año que no veo al constructor de barcos . Yo me he aficionado a construirlos y de vez en cuando ellas vienen a verme.