hasta tu pecho
y te hacia toser y estornudar.
A veces olvidabas las direcciones
y ya te costaba dar
el primer paso de cada día.
Tu interior con cientos de recuerdos
y momentos compartidos
que vivimos juntos, siempre silbando.
Tus achaques los he sentido
sintiendo tus esfuerzos
por parecer joven de nuevo.
Hemos reído en las idas,
Ilusionados siempre,
y en las vueltas, al amanecer,
con esperanzas por desilusiones.
Hemos dormido al mediodía
y has soportado mis pedos,
mis eruptos y mis vómitos.
Cuando la pena era enorme
tu siempre encontrabas la musica
más adecuada para el olvido.
Siempre discreto cuando el sexo
se me ofrecía y tu siempre
sabias mirar hacia otro lado.
Supiste soportar tantas mujeres
que apoyaban sus pies descazos
sobre tus brazos y tu espalda.
Siempre de negro,
terrible en verano
pero amable con los fríos.
Ayer tosiste por última vez
y una flema oscura
nació de tu vientre
y cayó al suelo
dejándote helado
y muerto.
Solo una canción se mantuvo viva
en tus últimos minutos
hasta que también se apagó
muy lentamente.
Ahora la silbo
mientras la grúa se aleja
y tu cadáver
se va haciendo pequeño
en la distancia.
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