sábado, 15 de mayo de 2021

Oda a un puto Kia Ceed

El tiempo te entró
hasta tu pecho
y te hacia toser y estornudar.

A veces olvidabas las direcciones
y ya te costaba dar
el primer paso de cada día.

Tu interior con cientos de recuerdos
y momentos compartidos
que vivimos juntos, siempre silbando. 

Tus achaques los he sentido
sintiendo tus esfuerzos
por parecer joven de nuevo.

Hemos reído en las idas,
Ilusionados siempre,
y en las vueltas, al amanecer,
con esperanzas por desilusiones.

Hemos dormido al mediodía
y has soportado mis pedos,
mis eruptos y mis vómitos.

Cuando la pena era enorme
tu siempre encontrabas la musica 
más adecuada para el olvido.

Siempre discreto cuando el sexo
se me ofrecía y tu siempre
sabias mirar hacia otro lado.

Supiste soportar tantas mujeres
que apoyaban sus pies descazos
sobre tus brazos y tu espalda.

Siempre de negro,
terrible en verano
pero amable con los fríos.

Ayer tosiste por última vez
y una flema oscura
nació de tu vientre
y cayó al suelo
dejándote helado
y muerto.

Solo una canción se mantuvo viva
en tus últimos minutos
hasta que también se apagó
muy lentamente.

Ahora la silbo
mientras la grúa se aleja
y tu cadáver
se va haciendo pequeño
en la distancia.






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