de las cosas que lloran.
Te atenazan con sus anillos,
abrazandote por completo
sin dejar un resquicio
para respirar hacia delante.
Murmullan lindas palabras
suaves y dulces
como los recuerdos
de ventanas abiertas en septiembre.
Te tapan los ojos
con las manos de niña
que te pregunta un quien soy
haciendo que nada más importe.
Te encierran tras las puertas del armario
con todos los disfraces
que fuiste entonces
y que ahora ya no sabes usar.
Es tan difícil huir
de las cosas que lloran!
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