Cenar con ella es un placer sin expoliación, las lentejas se convierten en caviar, el agua en vino, el pan en pasas.
Me gusta rozarle la mejilla con los dedos y sentir su piel morena, a su lado las bombillas se convierten en velas y su sonrisa ilumina el comedor, le regalo una rosa que se convierte en ramo, su conversación simple, clara y sin tapujos suena a música.
Si el amor existe es ella, acepta con sus ojos mis palabras igual que mi pasión, no tendría que existir el poder de perder a estas personas.
Antes del postre suena la música, le pongo un collar en el cuello y los cristales se convierten en zafiros, agarro sus manos y bailamos en el comedor, cada vez que roza su cara con la mía le digo lo guapa que es, lo feliz que me hace, y antes de ir al dormitorio, abrazados, vemos desde la terraza como anochece en Madrid y la tiro.
pal devil y pal mariano.
1 comentario:
Muy bueno, las visitas aumentan es una buena señal.
Saludos
Mariano Rivas.
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