jueves, 21 de febrero de 2019

DESIERTOS TRAS SU BOCA

Desiertos tras su boca que dibuja horizontes bajo sus ojos que se esconden entre pestañas inmensas bajo una frente acunable enmarcada en una melena oscura de noche de julio.

Ni de coña tío... ni de coña... repite eso y repítelo bien.

La vi sonreir desde lejos y hacia mi. Labios encendidos por un carmín en llamas y dientes-puerta hacia una lengua afilada y seguro suavisisima que a veces medio asoma. Y no me mira y parpadea y me mira, ... cámara lenta, y baja los ojos y parpadea y me mira,... más cámara lenta. Se que trago saliva y ella también lo sabe. Ligeras arrugas en su frente y una grande, de risas o de llantos o de gemidos o de subidón de estamínicos o de almohadas sudadas en hostales del centro. Se empuja el pelo hacia atras mostrando su oreja izquierda que contrasta, blanquísisima, con su pelo negro como el gato del diablo.

Bueno, Ueno , Uenoooo... no va mal tio... nada mal... pero seguro que puedes hacerlo algo mejor... saxo y repite.

Demasiado pedo para saber si era a mi quien miraba o al gilipollas con gafas que no deja de admirar sus apretadas tetas y que constantemente le pregunta por su trabajo, por su vida , por sus dietas, por sus viajes y si ve putas películas en putos cines llenos de putos cafres con putas palomitas o chocolatinas energéticas. Trago-copa... Copa-Trago... Igual me acerco a olerla y me tropiezo y digo algo absurdo en alguno de mis idiomas inventados. Tampoco creo que pueda entenderme en mi situación actual, buf, demasiado elevado y lejano, demasiados hielos desaparecidos en cerveza. Sí, igual me acerco a olerla y así me llevaré a mi tumba y al amanecer,  la grandiosa imagen de esos labios dispuestos a lamer, de esos ojos dispuestos a picar, de ese pelo dispuesto a enredarse, de esa oreja dispuesta a ser mordida y de esa frente dispuesta a olvidar.

Por hoy vale... recuerda al terapeuta... pequeñas dosis...


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