como palabra
y tu gesto fresco
como compañera.
El batir de tu respiración
como un adagio
y el roce de tu mano
como mariposa.
Me alegro con tu sombra
cuando cruza la pared
hacia la mía.
Cerrar los ojos
y saberte dormida
en esta siesta infinita.
Todos los segundos
del mundo
susurrando como niños.
La tarde y el calor
imprimen recuerdos
que mañana serán nadas.
Comienza la brisa
que aleja la melancolía
y trae olores a bosques y aguas.
Me apetece la vida
como compañía.
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