la loca en su rueca
que gira mi vida
sin lana que hacer.
Instante de pausa
que sujeta el día
con hilo de ensueño
ya dejó de crecer.
Silencio doliente
de ganas de alientos
que lento y sombrío
se me aferra bien.
No hay voz en mi boca
que resuene en el viento.
No hay manos que dancen
delante de mis ojos.
No hay poder en mis riñones
que impulsen mi crear.
Todo es silencio.
Llega mi noche.
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