al recordarte mis sueños
cuando se alargan
y se confunden,
cada vez menos difusos,
con mis nebulosas realidades.
Ya no se unen al comienzo del día
y me aturden unos instantes.
Llegan juntos, serenos y divertidos
dispuestos a enfrentarse al sol
a pesar de mi disconformidad
y del reloj que los observa.
Tomo el café mientras dialogan
o me baño en él, si eso deciden.
Camino al metro
sobre las baldosas púrpuras
con mis pezuñas de fauno
mientras admiro
un cielo iridisado
donde las nubes
dibujan la música perfecta
que silvo mientras esquivo peatones
con máscaras sin ojos
y de continua sonrisa.
Así que ahora,
sentado en el andén,
sé que tendré que pausar estos versos
y mis manos se harán alas
que generaran la brisa
que recorreran tu nuca y
acariciaran tus labios
ahora,
en este instante,
que me lees.
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