Cuestión de suerte
y de arrojo
al saber danzar
sobre las zarpas de la noche.
Encontró su moneda
casi de madrugada
y la lanzó al tiempo
deseando un resultado
que inspirara
sus siguientes pasos.
entre tantas caras
de miradas inertes
detrás de miles
de sonrisas
que persiguen un futuro
de brindis y miserias brillantes.
Como buen tramposo
repitió la tirada
y esa vez
ni siquiera pudo
encontrar la moneda
que rodó torrente abajo
hasta el mar
del Olvido.
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