con sus formidables brazos
y en la subida todo es
encuentros y placeres,
anhelos, copas y danzas,
abandonar mil salidas,
hacerse llama en mil bocas,
atravesarte en cruces de caminos,
ser diablo o Dios para creyentes,
fluir hacia el cielo sin temor a la caída,
ser cruel para uno y repartir lo que sobre.
Y en la subida ves ahí abajo
una enorme polla de giganta
que te espera,
cuando la vida
pierda fuelle en sus brazos,
y que te entrará por el culo
hasta matarte
sonriendo,
cuando lleguen los tiempos
de las babas,
de los pañales enormes
y de moverse en grúa
de la cama al sillón.
¿Entiendes ahora
que cada instante
me sea precioso?
Porque muero
a
cada
rato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario