Y te mira desde abajo, dulce y coqueta. Con esas pestañas enormes y esos ojos de mula. Y se introduce tu polla en su boca poco a poco, muy poco a poco. Apoya la punta en su lengua grande que asoma y la utiliza como puente hacia sus adentros. Y despues notas como entra, sin prisa, deslizándose, snowboard salival, con un solo punto de fuga en sus composición, como un destino, sin posibilidad de otro fin. Dentro entera y entonces ella cierra la puertita de sus labios y aprieta poco a poco, muy poco a poco. Y el calor de sus encias abraza la polla y esta tirita de gozo y yo tirito de gozo y el planeta se apaga y el sol es una mierda de sol y ya no caben lunas en mis poemas ni emociones ni sentimientos. Agarra mi culo con sus dos manos, una a cada lado y me insta a que empuje. Y follo su boca de volcan de fuego helado, con furia arrancadientes, con ira desnudalabios, con fuerza primigenia de simio en una cueva. Ella cierra sus ojos de mula y todo son pestañas y labios rojos anillandome. Y me vacía y me dejo vaciar entre estertores de perro pachon de tiritones conejiles. Y se lo traga poco a poco, muy poco a poco. Entonces abre sus ojos y sus fauces y me libera del placer más absoluto, y me hace hombre de nuevo, abandonándome a una suerte que no deseo.
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