se clava a mi espalda
perversa y punzante
con uñas de gogó enfandada
cuando no encuentra su ropa
y acaba largándose con todo,
lágrimas incluidas.
Fumas para olvidarla
para olvidarle
para olvidarte.
La terraza es el escape
al fondo, mucho,
las montañas.
Apenas un trazo entre lineas rectas
de altos edificios.
Hace frio.
Hace viento.
Hace final.
No está demasiado alto.
Hay montañas y rascacielos
sin cielo.
Pero son altas como madres
que regañan y frias como padres
que se largaron.
Fumo y el humo hace formas
que mi mente nublada convierte
en obscenos culos de orondas
mujeres que besan tu boca
y dejan un olor a setas.
Ninguna se queda.
Ninguna ve la tele en domingo.
Ninguna celebra su cumpleaños.
Ninguna me mira tras la taza del cafe
en el desayuno.
Fumo y te olvido.
La terraza es un reducto para el pensamiento
profundo y vano.
Una misera nota de piano
en el devenir de tiempo
universal que nace espitosa,
crece con brio,
vibra con fuerza,
y se aleja despacio
muriendo
entre paneles solares y antenas.
Hace frio.
Abajo la gente hace cosas
que no deseo entender
pero que me drogan.
Ver sus caras
pequeñas, abrigadas y fugazes.
Nadie se queda en ningun sitio demasiado tiempo.
Yo mismo soy el fruto del destierro
de mil tierras de carne
de mil paisajes púvicos
de mil deseos famélicos
de mil nadas que fueron todo.
Y sabes que el final siempre es comienzo
y eso acaba aburriendo mortalmente.
Y me digo que me mintieron
que ellos son los culpables.
Y me miento de nuevo.
Sólo yo responsable
y vigoroso.
Soy el remedio a
las formas que el humo de mi cigarro
hace ante mis narices.
Paso la mano
y las rompo
como con los dias
que rompo a manotazos
o puñetazos
o besabrazos
o besos en los escaparates
cuando estoy tan borracho
o tan lúcido que solo me queda
gritar.
Pero no me sale sonido
sólo boca abierta
hacia un horizonte que no veo.
La terraza es esperanzadora
tiene futuro
puedo saltar
o
puedo quedarme.
Un cara o cruz.
Un nieve o sol.
Un pestañeo.
Sentir el aire mientras
mi nota de piano
se pierde, difumina, vuela
lejos
entre lejanos e irregulares trazos de montañas
que viven aprisionados
entre verticales lineas
de edificios
de luces
con gente dentro
como dibujos
de un comic con portada
de metal frio
sincero e impenetrable.
3 comentarios:
Amo al cucacoplas. Ñam.
Besossssssssss
esaaaaa jezzzaaaaaaa
El tambien te follaria sin dudarlo!!!!
k os den por culo a los dos
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