tensa
alrededor de su cuello
deja en silencio
el recuerdo de su voz
siempre demasiado alta.
Se acercaba despacio
moviendo hombros caídos
con sus porros
y esa sonrisa medicada.
Removía la parrilla
dando la vuelta al pescado
hablando de multiuniversos
y maneras de esnifar la vida.
Un día arriba
y otro muy abajo.
Cada vez menos fuerza
para subir
y más ganas de mirar
desde abajo.
Ayer se despidió de todos,
de alguna también.
Escribió una nota
casi de disculpa.
Eligió un buen árbol
con buenas vistas
y se dejó mecer
por el viento.
Terrible el crujido de su cuello.
Y adiós a la soledad
Tensa la cuerda, silencio de tarde.
Olvido y un pie sin sandalia.
2 comentarios:
La única que se va a morir es la vieja rata de tu madre cancerosa.
Dais pena.
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