lunes, 14 de diciembre de 2020

Sobre paraísos y esas mierdas...

De tanto imaginar su espalda
dibujada de saliva
con símbolos y espirales,
cuando la tuvo delante
se sintió tremendamente triste.

De tanto fantasear con el aroma
que su piel genera al excitarse,
cuando metió su nariz
en su cuello estremecido,
se sintió tremendamente triste.

Era tanta la ilusión de sentir
entrar dentro de ella
y sentir su corazón desde ahí, 
que cuando ella galopaba
a lomos de su deseo
el se sintió tremendamente triste.

Ella nunca notó nada.

Él supo entonces,
con apenas vida comenzada,
que los paraísos conseguidos
son para siempre
Paraísos Perdidos.

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