invisibles
de una mano a la otra.
Lo hace lentamente,
siguiendo el movimiento
con sus ojos.
Ahora alta y lejana.
Tarda en subir
y aún más
en bajar.
Ahora corta,
apenas un palmo
entre manos.
Más de un amanecer
hasta que llega.
Y mientras salen
y llegan
el disfruta
del crujir
de sus muñecas
dibujando círculos
en el aire
tan quieto.
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