cuando el rival es mi sombra
y la veo adelantarme
mirándome de reojo
y empalmadisima.
Le pregunto dónde va
y me contesta que no sabe,
que solo huye de otra noche
polvorienta en compañía
de ratas.
Me deja atrás sin aliento
sentado en el suelo
y sin pared
donde apoyarme.
Las luces se apagan
mientras escucho
el tictac
de sus dientecitos
acercándose.
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